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Terrorismo: Propiedad Privada.

  • Foto del escritor: Lucas Agustin
    Lucas Agustin
  • 17 mar 2019
  • 5 Min. de lectura


La historia del terrorismo trae aparejada una larga lista de acontecimientos que cruzan la evolución de la humanidad en forma transversal. Ya sea por motivos religiosos, politicos, económicos, mafiosos o de raza, los atentados terroristas se encuentran tan arraigados en nuestra sociedad como el aire que respiramos.

Sin ir mas lejos hoy 17 de marzo pero unos 27 años atrás, se perpetraba en Buenos Aires, Capital de La República Argentina, uno de los atentados mas aterradores de su historia. La Embajada de Israel era atacada a través de un vehículo cargado de explosivos que provoco la muerte de 22 personas y dejo 242 heridos. El atentado fue investigado por La Corte Suprema de Justicia y hasta el dia de hoy en 2019 nunca fue elevado a juicio. Este atentado a su vez se relaciona cronológicamente con otro atentado terrorista contemporáneo, como el atentado a la AMIA, Asociación Mutual Israelita Argentina el 18 de julio de 1994 también en Buenos Aires, en el que murieron 85 personas. Pero claro esta Argentina no tiene el monopolio del terrorismo y solo fue un objetivo mas de la larga lista de atentados que se producen a lo largo y a lo ancho del planeta, culminando esta lista con la masacre perpetrada en la ciudad de Christchurch, Nueva Zelanda, cuando un individuo declarado públicamente islamofobico abrió fuego en una Mezquita asesinando a 49 personas.



Según la Psicología, la violencia es una manifestación compleja de la conducta social humana que se configura alrededor de expresiones en un triple sistema de respuesta, esto es, fisiológico-emocional, cognitivo y conductual-motor. En el caso del terrorismo estos factores vienen acompañados de estructuras mentales específicas puestas al servicio de la justificación del patrón de agresiones, es decir, el asesinato o la implantación del terror como medio para un fin mayor.

Cruzando el Océano Atlántico y centrándonos en uno de los continentes mas longevos, Europa, encontramos un fenómeno que se a repetido de manera sistemática en los últimos 15 o 20 años. Los atentados con matrices "Yihadistas", cabe destacar que este concepto es un neologismo occidental utilizado para describir a las ramas mas violentas y radicalizadas del islam politico. Es por eso que es imposible y erróneo a la vez, analizar este fenómeno de manera aislada y apartada de occidente, y de su intervención en la cultura, la política y el territorio de los Estados de Musulmanes y de Oriente Medio.

Europa tiene una rica historia de intervención en conflictos armados en Naciones extranjeras, violentando no solo su soberanía sino sus estados de derecho y su libertad de culto. En el Siglo 18 y 19, los grandes Reinos Europeos como Gran Bretaña, Holanda, y Francia, iniciaban su misión civilizadora y evangelizadora hacia nuevas tierras "por descubrir". Mas adelante en el tiempo la “diferencia imperial” que antes separaba a la cristiandad europea de los países islámicos se convirtió en “diferencia colonial”. Se comenzó a observar a los países de Oriente Medio como sociedades despóticas, débiles, necesitadas de un buen gobierno y por tanto colonizable, considerando este hecho como un acto humanitario. Hoy en dia la cuestión no es muy diferente a siglos atrás, las grande potencias Europeas siguen interviniendo de forma militar o disfrazando su intervención en "ayuda humanitaria", con el simple fin de seguir "educando" a las sociedad que piensan diferente a ellos.



Por ejemplo, los palestinos de Cisjordania y Gaza, que llevan mas de 50 años oprimidos por la brutal ocupación militar de Israel, la gran mayoría de sus dos millones de habitantes viven en una situación de pobreza como resultado directo del asedio israelí, y por su parte los países intervencionistas occidentales no muestran la mas mínima indignación moral por el 50% de la población que vive por debajo de la linea de pobreza, sumándole a esto, los datos de Naciones Unidas que determinan que el 97% del agua de la zona ya no es potable, y que para 2020 el lugar sera inhabitable. Del mismo modo, en Yemen, los gobiernos respaldados por Occidente han librado una guerra a sangre fría contra el Estado más pobre de Oriente Medio. Los sectores de la educación y la sanidad yemeníes han sido prácticamente eliminados. Estamos de acuerdo que la sociedad occidental no se muestra animada por estas cifras alarmantes, pero esto no quita que Estado Unidos, Reino Unido y Francia sigan vendiéndole armamento militar a Arabia Saudita y a Los Emiratos Árabes Unidos, para que sigan librando estas guerras despiadadas. La intervención directa en los países de Oriente Medio no es una opción sencilla, en principio por el gran numero de Tratados Internacionales en materia de soberanía y derechos humanos, pero por supuesto existen matices, como es la intervención indirecta a través de la ayuda humanitaria, muchas veces utilizada con fines politicos y económico o la venta masiva de armamentos a potencias extranjeras o grupos sublevados para quedarse con el control de un Estado, crearon un amplio numero de muertes civiles en el camino. Estos factores están íntimamente relacionados con el terrorismo y los atentado sufridos en occidente. El éxodo masivo sufrido en países como Siria, Iran, Iraq, Egipto y gran parte de Africa, a causa de las guerras, el hambre y la pobreza y que han provocado una de las crisis de refugiados mas grande de la historia de la humanidad viene de la mano a su vez con la inserción de radicales islamitas que se infiltran entre los refugiados con la finalidad de perpetrar actos terroristas en las principales capitales europeas o para reclutar a migrantes vulnerables, que no han podido integrarse a las nuevas sociedades occidentales, por falta de políticas fuertes de integración, acompañado de una constante discriminación e islamofobia. Así y todo actualmente unos 25 millones de musulmanes viven en los veintiocho estados miembros de la Union Europea, de los cuales muchos de ellos son ciudadanos europeos, nacidos y criados en Estados Europeos pero que nunca los hicieron sentir como tal, sumado a una concepción por parte de los musulmanes de que los europeos ridiculizan su religion y una gran endogamia en su grupo de pertenencia llevaron a muchos de ellos a engendrar odio en sus propios compatriotas y cultura. Son conocidos los atentados perpetrados en Berlin, Paris, Londres, Bruselas, o Copenhagen, muchos de ellos llevados a cabo por ciudadanos europeos con descendencia árabe.



Otros continentes como Africa o Asia también sufren dia a dia la enfermedad del terrorismo, claro esta que los medios masivos de comunicación no ven en ellos una noticia redituable pero eso no desaparece los hechos. En Nigeria por ejemplo la cara mas emblemática es la de la agrupación islámica Boko Haram, activo también en Camerún, Chad y Mali y reconocido mundialmente por el secuestro 53 niñas de un colegio de la localidad de Abuya en 2014, que fueron vejadas, violadas y torturadas.

Los atentados terroristas con connotación política también esta a la orden del dia, y un claro ejemplo de esto son los perpetrados por ETA, una organización nacionalista Vasca, que dejo la friolera suma de 829 muertos en 43 años en que se encontró activa. Algo similar sucedió en America Latina con la agrupación Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, conocida mundialmente con FARC. Este movimiento guerrillero es fue participe necesario de mas de 64 atentados terroristas con connotación política, y se encuentra en conflicto armado con el Estado de Colombia desde 1964, si bien en 2017 se firmo un tratado de Paz, entre los lideres de la agrupación y el Primer mandatario del país, hoy en dia los hechos de violencia siguen latentes.



Haciendo un análisis profundo de la situación, podemos decir que el terrorismo no es un mecanismo autónomo de un determinada region, cultura o sector social, ni tampoco un concepto aislado, es propiedad privada de todos y cada una de las Naciones que conforman el globo terráqueo, y es por lo tanto una solución conjunta y unificada la que se debe buscar, haciendo foco en una mayor tolerancia, respeto de las soberanías nacionales, buenas políticas migratorias y de integración, leyes que protejan y que no repriman, pero sobre todo solidaridad y empatía. Así y todo, esto no asegura la desaparición de un pensamiento radical, nacionalista o de odio, pero creemos que ayudaría a apaciguarlo.

 
 
 

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