Ruanda: 25 años después del horror.
- Lucas Agustin
- 9 abr 2019
- 4 Min. de lectura
Una historia conocida por pocos, un genocidio negado por años, y un claro ejemplo de como la hegemonía mediática, a través de la propaganda comunicacional y los intereses inescrupulosos de las potencias occidentales europeas pueden poner en jaque una nación entera hasta llegar al punto de lograr que sus propios ciudadanos se maten entre si.

La historia puede ser contada a partir de 1994, Ruanda hasta entonces era conocido por ser un pequeño país de Africa Oriental ubicado en la region de Los Grande Lagos de Africa, y que contaba con un total aproximado de 12 millones de habitantes, en su mayoría trabajadores agrícolas, que vivían por debajo del nivel de pobreza. Pero la realidad es que los hechos que desencadenaron semejantes acontecimientos tienen sus inicios muchos años antes.
En el Siglo 14 el país estaba poblado por pigmeos de la tribu Twa, miembros de la tribu Hutu y granjeros Tutsi, recuerden el nombre de estos dos últimos grupos étnicos que serán los protagonistas principales de esta historia. En el Siglo 16 los Tutsi comienzan una campaña militar contra los Hutu que representaban el 85% de la población total del país y se convierten en los señores de la mayoría Hutu, algo así como una sociedad de señores feudales con un rey, mwami. De esta forma destinaron a trabajos forzados y a un sistema totalmente desigual a sus vecinos Hutu. Para agravar esta situación en el Siglo 19 luego de la Primera Guerra Mundial, La Sociedad de Naciones entrega las tierras de Ruanda a Bélgica, quien crea un sistema colonial perverso acentuando la distinción racial y estableciendo una distribución desigual de derechos y beneficios a favor de la minoría Tutsi por sobre la Hutu, entre esas diferencias, la educación era un bien disponible solo para la población Tutsi. A causa de esta situación la mayoría Hutu comenzó una serie de rebeliones en busca de obtener mayores derechos y mejores condiciones de vida, en 1960 los Hutu rompieron con la monarquía Tutsi y se hicieron con el poder de Ruanda, declarándola República de Ruanda y generando el exilio de mas de 15.000 miembros de la etnia Tutsi. Pero su independencia no fue reconocida internacionalmente sino hasta 1962.
Durante un tiempo el país vivió acosado por conflictos civiles, hasta que en 1973 a través de un golpe de estado tomaría el poder el precursor del genocidio que se daría unos años mas tarde, Juvenal Habyarimana, de etnia Hutu y quien contó con el apoyo logístico y económico de Francia. En 1991 el gobierno de Habyarimana, haciendo uso del monopolio de la fuerza que le otorgaban las Fuerza Armadas comienza una persecución de las etnias Tutsi que aun permanecían en el país, estos se sumo a la propaganda comunicacional y racial que realizaba la principal emisora de radio mas popular del país "Des Mille Collines", la cual llamaba públicamente a la población Hutu a tomar las armas contra sus vecinos Tutsi y los eliminaran a todos, inclusive mujeres y niños. Paralelamente en la vecina nación de Uganda un grupo de ruandeses exiliados creaban el Ejercito Patriótico Ruandes, que invadiría Ruanda y se enfrentaría al poder de Habyarimana.
El 6 de abril de 1994 se abrirían las puertas del infierno, luego de que un atentado perpetrado por el Ejercito Patriótico Ruandes estrellara el avión privado del presidente Habyarimana, provocando el deceso del mismo, este fue el punto de inflexión de los hechos y el comienzo del Genocidio de Ruanda, uno de los mas sombríos y sangrientos de la historia de la humanidad por la proporción de su duración. En sólo 100 días (abril-julio) se cometieron más de 800.000 asesinatos, principalmente de personas del grupo Tutsi a manos de grupos Hutu, y un cierto numero de Hutu moderados que se oponían al genocidio. Por supuesto todo esto bajo la pasiva mirada de Francia, Bélgica, y Alemania, que siempre tuvieron un interés económico en la region y sobre todo de La Iglesia Católica, el 62% de la población era declarada católica, los mismos miembros de la iglesia en Ruanda participaron del genocidio y hasta el propio Vaticano dio cuenta de esto.

En cuanto a la Justicia Internacional, El 8 de Noviembre de 1994, por resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y en virtud de lo dispuesto en el Capítulo VII de la Carta de Las Naciones Unidas al considerar que el genocidio ruandés era un grave atentado contra la paz y la seguridad internacional, se creó el Tribunal Penal Internacional para Ruanda. Donde se juzgaron los actos de genocidio y fueron condenados los principales responsables del mismo.

Ruanda en 2019 no tiene nada que ver con la Ruanda de 1994. En los pueblos las cosas no brillan tanto, pero la sensación es de calma. Pero las cicatrices del genocidio perpetrado contra los Tutsi caló hondo, porque arrasó buena parte de lo conocido hasta el momento. Esas 800.000 personas fallecidas, principalmente a machetazos y el posterior éxodo Hutu, dejaron el país casi vacío en apenas cuatro meses y una marca en el corazón de Africa difícil de olvidar.
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